La sombra del ex rector Juan Alberto Cerisola, que ha cubierto todo el rectorado de Alicia Bardón, seguirá marcando los pasos de las nuevas autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán. José García y Sergio Pagani asumirán en pocos días y les caerá encima la herencia de una casa de estudios calificada como la peor del país (como la describió en 2016 un funcionario de Educación nacional) y que arrastra la mácula de las maniobras escandalosas con los fondos de la minería. La rectora Bardón creyó que terminaban con su mandato, pués Minera Alumbrera había anunciado hace un año y medio el cierre de mina. “Dinero de YMAD para la UNT ya no va a haber”, dijo en enero del 17 la rectora. Pero hace un mes se anunció la continuidad de las operaciones mineras hasta 2029. ¿Qué harán los nuevos administradores cuando empiece de nuevo la fiebre del oro?
El funcionario de Educación, Diego Marías, había dicho en 2016 que el déficit de la UNT cuadruplicaba el de las peores entre las 54 universidades. Pesadas cargas en sueldos, deudas con la AFIP, mínimo margen para gastos de funcionamiento y una planta sobredimensionada de personal no docente (2.800) producto de una sucesión de malas administraciones. Dijo que la UNT gasta casi el 100% en sueldos. “Es tanta la gente y tantos los sueldos que hay que pagar que se ha hecho muy corta la frazada”, definió. En una entrevista de marzo en LA GACETA, García dijo que el presupuesto era de $ 4.405 millones y que el déficit era del 1,5%. Ahora asumen con un conflicto salarial a causa de un pésimo acuerdo que permitió un irrisorio aumento de un 15% en varias partes y sin cláusula gatillo.
Sin plata
Detrás del problema de sueldos está el funcionamiento de los inmuebles que hay que mantener, ya que la Nación envía fondos sólo para sueldos y gastos de servicio y nada más. La anécdota del fusible que saltó en el teatro Alberdi en medio del recital de David Lebón el miércoles es la puntita del iceberg de la falta de dinero. Y lo que no está claro es si en el organismo gigantesco que es la Universidad se ha avanzado en resolver los desmanejos que denuncia la Nación o simplemente se han asordinado los escándalos que de tanto en tanto salen a luz. ¿Ejemplos? El manejo de las casas de Horco Molle o el caso de los sobresueldos a funcionarios. García y Pagani prometieron “transparencia en la distribución presupuestaria”, tarea fácil de exponer pero compleja de instrumentar. ¿Cambiarán los equipos que ya vienen formados desde la época de Cerisola? Entre las pocas cosas que se han visto como modificaciones sustanciales han sido el cambio en la condución de Canal 10 (luego del escándalo de la publicidad cedida al PJ por el directorio manejado por Casa de Gobierno) y el intento de enfrentar la administración deficitaria de la obra social Asunt. El Canal, que había tenido un déficit de $ 2,2 millones en 2016, anunciaba en diciembre ganancias por la misma cifra para 2017. Arrastra atraso tecnológico, como toda la Universidad (de modo dispar dijeron los futuros rector y vicerrector). En cuanto a Asunt, en el último informe publicado, se prometía bajar el déficit de $ 25 millones en 2016 a $ 6,6 millones en 2017. Pero sigue siendo inviable porque (se dice que) ha sido caja de colocación de empleados de favores políticos y no pueden bajar su planta como no sea por jubilaciones. No toman gente desde 2015 y apenas redujeron la cifra de 247 a 210 empleados. Mientras no se sanee no se podrá aspirar a que sea obra social sindical y sufre la sangría de afiliados hacia Osfatun (la obra social de los no docentes). El Consejo Superior puso a fin de año una comisión para que busque cómo hacer efectivas cuatro propuestas para bajar el déficit. No se sabe que se esté avanzando al respecto.
El juicio por irregularidades
García y Pagani hablaron de modernización, mejora de la oferta académica y combate a la deserción (del 50%). Nada han dicho de lo que va a pasar con YMAD, que fue el legado del farmacéutico explorador Abel Peirano, que sembró la esperanza de que cuando llegaran los fondos mineros iban a permitir llevar a cabo el sueño de la Ciudad Universitaria de fines de los años 40. La Ley de creación de YMAD, la 14.771, determinó que debía entregarse a la UNT el 40% de las regalías mineras para hacer realidad ese sueño, y que cuando estuviera cumplido debían repartirse el 20% para la UNT y el 20% para las otras universidades. A partir de 2004 empezó a llegar la plata. El 2/1/08 Cerisola firmó con YMAD un acta secreta dando por cumplido el objetivo de la Ciudad Universitaria. Había presentado un plan de arreglos en las dependencias universitarias y con el fin del acuerdo del 40% el rector podía comenzar a usar el 20% con libre disponibilidad. Después se denunciaron irregularidades con el manejo de $ 353 millones en 30 obras entre 2006 y 2009 (sobreprecios, colocaciones financieras y cobro de capital más intereses). Por eso están procesados Cerisola y varios de sus funcionarios y podrían ir pronto a juicio oral. La Justicia Federal hizo intervenir a la Procelac y a la Sigen para investigar esas maniobras. En diferentes resoluciones, el Consejo Superior declaró nula el acta del 2/1/08, determinó que el sueño de la Ciudad Universitaria seguía vigente y pidió al Rectorado que inicie querella a los funcionarios que actuaron mal y que reclame a YMAD y a las otras universidades por el 20% en fondos que debieron llegar desde 2008.
Otra causa parecida está investigándose en la Fiscalía federal N° 1, de Carlos Brito: 80 obras menores a las de las denuncias anteriores. Aún no se estimó el perjuicio ni cuánto dinero se perdió. También se está investigando a las empresas que intervinieron en las maniobras. Además, la Cámara Federal de Apelaciones, al confirmar el procesamiento de Cerisola, pidió que se investigue la ruta del dinero de YMAD y el patrimonio de los funcionarios, no sólo de los acusados sino de los responsables de tomar decisiones vinculadas con estas obras en tiempos de Cerisola. “No estuve solo”, había dicho el ex rector en su descargo, al negar que haya hecho maniobras secretas.
Dinero faltante
Aún falta que se llegue a YMAD. Como se sabe, el presidente del directorio, Manuel Benítez, fue cambiado en 2016 (al cabo de 16 años en el cargo) después de que se denunciaran maniobras con la venta de oro. El nuevo presidente, Santiago Albarracín, fue reticente para hablar con respecto al escándalo de los fondos de las regalías en la UNT. Es que en el informe de la Procelac se mencionó que entre 2006 y 2009 no sólo hubo irregularidades con el manejo de Cerisola con los fondos mineros, sino que YMAD envió menos dinero del que correspondía y nadie dijo nada. Se comenta que las regalías entre 2004 y 2018 habrían estado en el orden de los U$S 1.500 millones. Descontando pérdidas de unos U$S 335 millones, le deberían haber correspondido a la UNT unos U$S 400 millones. ¿Cuánta plata llegó? No se conoce que la Universidad haya iniciado querella por este tema.
Cerisola por ahora respira tranquilo. A menos que se aplique la “doctrina Irurzun” (con la que se metió preso a Julio de Vido sólo por estar procesado) es improbable que lo detengan hasta que termine el juicio y sea eventualmente condenado. Para eso quedan muchas instancias de apelación y acaso años. Pero a partir de 2019 comenzará a llegar a la casa de estudios dinero de la minería otra vez. Cuando García y Pagani tengan que resolver cómo asegurar que los fondos se usen con transparencia, acaso podrían caerles encima medidas en contra de los funcionarios que la Cámara de Apelaciones ordenó investigar. Será la sombra de Cerisola que los estará persiguiendo.